#50 Terror, horror, pavor. ¿Quién dijo miedo? Dale voz a tus ideas y deja que brillen.
Probar una nueva idea, seguir escribiendo cuando te has quedado sin ideas, cuando no estás segura de ser lo suficientemente buena. Pensar en el rechazo editorial, en compartir tus textos en público…
Escribir da miedo.
Sí, lo digo así, sin adornos. Nos da miedo no ser lo bastante buenas, no acabar lo que empezamos, no gustar, no publicar, no saber por dónde empezar… o terminar. Y lo peor de todo es descubrir que, de repente, el proyecto de escritura con el que disfrutabas, se ha convertido en aquello que temías.
Pero si sueñas con escribir, hay algo más fuerte que el miedo: ese deseo imparable de contar tu historia.
Aquí tienes 8 maneras efectivas de domar ese miedo, plantarle cara y ponerte a escribir. Hoy mismo.
1. Haz justo lo que te asusta.
¿Te tiembla la mano al abrir el documento en blanco? Perfecto. Es por ahí. Estás en el camino correcto. El miedo es solo una alarma que te está diciendo: “esto es importante para ti”. No debes tomártelo como una amenaza, no siempre es un enemigo. A veces, es una señal.
¿Te aterra escribir una novela entera? No pasa nada. No empieces por ahí. Escribe una carta que nunca enviarás, una escena que nunca mostrarás, una lista de ideas absurdas. Lo que sea, pero escribe.
Hazlo y descubre que no pasa nada. Estás a salvo. Solo es papel (o pantalla).
La página en blanco pierde su poder cuando tú tomas el tuyo.
2. La procrastinación es miedo disfrazado.
“No puedo escribir hasta que…”
Reorganice los libros.
Responda todos los emails.
Mire solo un capítulo de esa serie.
Mentira piadosa. Procrastinar es huir del miedo. Lo sé porque yo también lo he hecho (y lo hago).
¿Qué puedes hacer?
Escribe 15 minutos antes de hacer cualquier otra cosa.
Crea un ritual: un té, una playlist, sentarte siempre en el mismo lugar.
¿Necesitas parar? Vale, pero con reloj. 10 minutos y vuelves.
Cada minuto lejos de escribir, hace que te dé más miedo volver.
3. La crítica no te mata, te pule.
Es normal temer que te digan: “esto no vale”. Pero déjame contarte algo: vale la pena, porque lo has escrito tú. Y lo que hoy vale “poco”, mañana puede valer mucho más, si aprendes. Quizá creas que he entrado en modo Karina, y que mi banda sonora es “echar la vista atrás es bueno a veces”, pero no. Es real. Todo lo que no te mata, te hace más fuerte (me gusta más Kelly Clarckson ) y las críticas no te han matado ¿verdad? Pues, adelante. Continua.
Saldrás fortalecida en tu escritura si entiendes cada crítica como una oportunidad para aprender y crecer.
Piensa así:
¿Tu primer dibujo fue perfecto? Tampoco tu primera historia.
La crítica no es un juicio, es una brújula.
Incluso los comentarios más duros tienen algo útil (aunque sea saber qué y cómo ignorarlos).
Escribe, comparte, aprende. Y repite.
4. La perfección no existe. Suéltala.
Así, al estilo Frozen. ¡Suéltala! Porque si esperas a que tu novela sea perfecta para terminarla… nunca la terminarás.
Cada palabra que corriges veinte veces, cada párrafo que dudas si borrar… es solo miedo disfrazado de perfeccionismo.
Para resolver este miedo, haz esto:
Limítate: “haré 2 revisiones, y listo”.
Publica un relato, aunque no te convenza al 100%.
Recuerda: lo perfecto es enemigo de lo terminado. En el grupo Mastermind, uno de los mantras que hemos mantenido a lo largo del tiempo es “Mejor hecho que perfecto”. Y es totalmente cierto. Seguir este lema me ha ayudado a curarme del perfeccionismo, aunque reconozco que aún estoy convaleciente porque recaigo a veces.
¿Prefieres una historia viva o una eterna promesa?
5. Pequeños pasos, grandes logros.
No tienes que escribir una obra maestra hoy. Solo un párrafo. Luego otro. Y otro. Ya sabes, tus pasos serán como cuando llegó el hombre a la luna: “un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad”. Pero en versión literaria
Cómo hacerlo:
Ponte metas diarias realistas: 200 palabras, una escena, una idea.
Celebra cada logro: escribiste 5 días seguidos, ¡brutal!
No te castigues si un día no puedes. Solo vuelve.
Una novela se escribe como se come un pastel gigante: bocado a bocado.
6. El miedo nunca desaparece del todo (y está bien).
Yo también siento vértigo cada vez que envío algo. Cada vez que alguien lee algo mío. Y llevo años escribiendo y publicando. Para mí y para otros.
El miedo no se va, pero cambia de forma.
Hazlo tu aliado:
Cada vez que te dé miedo, confía. Significa que estás creciendo.
Únete a otras escritoras. Hablad y compartid esos miedos.
Escribe con miedo, publica con miedo. Y sigue.
Si tiembla la mano, escribe igual.
7. Tus personajes no se rinden, ¿y tú?
Como una buena madre, tienes que dar ejemplo con tus acciones. En este caso a tus personajes. No quieres protagonistas que se paralicen, ¿verdad? Quieres que luchen, que se caigan y se levanten. Entonces, haz lo mismo.
¿Tu protagonista atraviesa un bosque oscuro? Tú atraviesa esa escena difícil.
¿Tu villano se enfrenta a su peor error? Tú enfréntate a ese capítulo que evitas.
Tú, como escritora, eres la heroína de tu historia. No te detengas.
8. Pedir ayuda no te hace débil. Te hace sabia.
A veces creemos que escribir es una batalla solitaria. ¿Cuántas veces lo has leído? Tiene su parte de realidad, no lo voy a negar, pero una cosa es escribir en solitario y otra es sentirse sola. No tiene que ser así si tú no quieres. Y resolverlo puede ser tan fácil como pedir ayuda. Que no te de miedo hacerlo.
Pide tiempo a tu familia: “Necesito una hora al día solo para escribir”.
Busca beta lectores, otros autores, grupos online.
Pregunta a quien sepa lo que tú no sabes: ¿cómo es vivir en Canadá? ¿qué come un piloto? Pregunta. La gente quiere ayudar.
Escribir sola es más duro. Escribir en comunidad, más poderoso.
El miedo a escribir es real. Pero no es invencible.
Haz lo que temes, en pequeño, hasta que crezca tu valor y seguridad en ti misma.
Procrastina menos, escribe más.
Acepta la crítica, déjala que te haga mejor.
Deja que la perfección vuele lejos.
Da pasos cortos pero constantes.
Escribe con miedo, sí, pero escribe.
Sé tan valiente como tus personajes.
Pide ayuda y encuentra tu tribu.
¿Qué te da más miedo de escribir? Cuéntanoslo en comentarios, estaremos encantadas de charlar contigo.
Felices letras.
Izaskun.
EYP
Y si necesitas nuestra ayuda o una lectura profesional, contáctanos. Estaremos encantadas de ayudarte.
Lo incluyo en el diario de Substack en español?